sábado, 28 de abril de 2012

poro a poro

Iolanda, te quiero. Te quiero en tu imposibilidad de comer dulces que transformas en una decisión personal, en una deliberación activa, quiero las pupilas que comienzan a empeñarse con cataratas, los riñones que sufren en silencio, la protesta del páncreas. Te quiero con la infinita extasiada piedad de la pasión, te quiero cuando sudas en tu sueño, y yo bebo cada gota de ti recorriéndote poro a poro con la avidez de la lengua.
                El orden natural de las cosas, Lobo Antunes
 
Solo nos queda cantar frente a la muerte. He visto un sillón que tiene más de trono, un asiento para que mi excéntrica condición resulte grata a la muerte. Para esperarla tomando un té o un bourbon. Para leer a Lobo Antunes y no a Leopoldo Abadía, de quien me vomitaron ciertas extravagancias alejadas de cualquier teoría, escritas en su libro la crisis Ninja. Extenderse más allá de sus posibilidades, con un programa o un libro, no conocer los límites o rendirse a ser un producto y no un pensador, tiene estas cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario