domingo, 29 de abril de 2012

el pozo

 El Pozo.
Puede cambiarse de ciudad,
mas no puede cambiarse de pozo.
Este no disminuye y no aumenta.
Ellos vienen y van y recogen del pozo.
Cuando casi se ha alcanzado el agua del
pozo, pero todavía no se llegó abajo con
la cuerda o se rompe el cántaro, eso
trae desventura.
Del Blog Vivir de buena gana, de Sánchez Ostiz:
EXCESO DE EQUIPAJE

Una idea ya muy tocada (desde el I-Ching: ideograma El Pozo), encontrada al paso de la lectura de Ulysse from Bagdad, de Eric-Emmanuel Schmitt: hay dos clases de viajeros (emigrantes escribe él porque de ellos trata la novela), los que llevan demasiado equipaje consigo –“deambulan cargados con un pasado de varias toneladas”– y piensan que desplazándose van a solucionar los motivos que les empujan a buscar un lugar mejor, y los que viajan ligeros de equipaje, gente adaptable, dispuesta a aceptar los cambios, a mejorar, dice Schmitt. Estos segundos saben como aprovecharse de un paisaje y un aire diferentes. Los primeros, en cambio, están condenados a moverse y a no cambiar en absoluto; es inútil que se alejen porque no pueden separarse de sí mismos...

sábado, 28 de abril de 2012

poro a poro

Iolanda, te quiero. Te quiero en tu imposibilidad de comer dulces que transformas en una decisión personal, en una deliberación activa, quiero las pupilas que comienzan a empeñarse con cataratas, los riñones que sufren en silencio, la protesta del páncreas. Te quiero con la infinita extasiada piedad de la pasión, te quiero cuando sudas en tu sueño, y yo bebo cada gota de ti recorriéndote poro a poro con la avidez de la lengua.
                El orden natural de las cosas, Lobo Antunes
 
Solo nos queda cantar frente a la muerte. He visto un sillón que tiene más de trono, un asiento para que mi excéntrica condición resulte grata a la muerte. Para esperarla tomando un té o un bourbon. Para leer a Lobo Antunes y no a Leopoldo Abadía, de quien me vomitaron ciertas extravagancias alejadas de cualquier teoría, escritas en su libro la crisis Ninja. Extenderse más allá de sus posibilidades, con un programa o un libro, no conocer los límites o rendirse a ser un producto y no un pensador, tiene estas cosas.

jueves, 26 de abril de 2012

Si Dios quiere

El médico al que se acude normalmente a revisión se comporta con la misma rutina inaccesible de costumbre. Comprueba unos marcadores tumorales que le llaman la atención pero les desecha porque no son de su incumbencia. Lo suyo son otras cosas y lo dice bien claro. A la hora de expender recetas no pone ningún impedimento, unas para el corazón y otras para lo que sea. La atmósfera también es rutinaria, el despacho antiguo, careado como su rostro y el de su mujer que hace de enfermera ajena a todo, en otro mundo. Lo único que no parece tan ordinaria es la despedida. Esta vez no dice el siguiente o adiós. Esta vez se limita a decir la fecha de revisión y una coletilla a la que no nos tiene acostumbrados: si Dios quiere. No ha terminado de decir la frase y ya está mirando al ordenador. El paciente recoge los bártulos y se conforma con un ir tirando, así lo dice, bueno, a ver si vamos tirando. Todo parecen prórrogas y penaltis. Ya sabemos quien tirará el de cada cual y quién fallará el último.

miércoles, 25 de abril de 2012

caligrafía gestual

Caligrafía gestual:

http://leonora.com.mx/caligrafia-el-arte-de-la-escritura

La caligrafía puede ser en algunas ocasiones, legible, como lo es en la enseñanza tradicional, y en otras completamente indescifrable, como en la caligrafía gestual. La caligrafía gestual tiene como objetivo convertir a las letras y al texto en elementos plásticos, permitiendo al mismo tiempo a los demás elementos conservar su importancia. Es una forma de dibujo ó pintura gestual que captura los impulsos y emociones de un momento específico de la creatividad.


martes, 24 de abril de 2012

La muerte y la nitroglicerina

En “El salario del miedo” cuatro personajes son los finalmente elegidos para transportar la carga de nitroglicerina a través de un camino imposible. La muerte, siempre presente, en cualquier bache y curva, hace que afloren las esencias sin máscaras. El más fuerte y listo resultará un cobarde. Otro de los personajes que nunca llegará al final está enfermo, tose de vez en cuando y el médico le ha dicho que sus pulmones no están bien. Todos quieren cambiar sus vidas, salir del agujero. Sólo uno llegará al destino aunque tampoco regresará. La vida cobra sentido con la muerte. Sólo ante ella somos. Palabras.
Unas cualquiera de “El orden natural de las cosas”, de Lobo Antunes
Pero en el extremo opuesto de la ciudad, donde las chimeneas de las viviendas eran los únicos mástiles posibles y sólo las alubias se fruncían en olitas domésticas que el apetito de las orugas disolvía, todo se me figuraba inmenso con una densidad extraña, próxima a la sorpresa y al sueño

lunes, 23 de abril de 2012

Hombres intrépidos, El salario del miedo

En “Hombre intrépidos”, la película de Ford, los personajes marineros no tienen un lugar en la tierra. La paga de dos años, una vez en puerto, les dura una noche. No importa. Viven atrapados, unos mas que otros, entre la proa y la popa del barco.
En “El salario del miedo”, la película de Clouzot, los personajes han llegado o llegan a un lugar recóndito en Sudamérica del que es prácticamente imposible salir. Allí sudan y pierden el tiempo, son prófugos, huidos, desharrapados, solitarios. No tienen salario que gastar ni billete para coger un avión. Es fácil llegar, por poco dinero, pero salir, salir cuesta mucho y el billete es demasiado caro.
En ambas películas un cargamento de explosivos mueve a los personajes a cambio de un sueldo. Es fácil morir en el intento, tanto o más como quedarse y dejar pasar la vida.

borrina

Y los locos del Miguel Bombarda, cubiertos de condecoraciones, que se pasean por los arriates y piden cigarrillos en los semáforos, locos y vagabundos envueltos en periódicos contra la borrina de la aurora, sin contar al amigo escritor y a mí que observamos esto, cada cual con su refresco y su platito de altramuces, en un restaurante junto a la Facultad de Medicina, edificio de columnas que imagino poblado de cadáveres abiertos por estudiantes con bata.
 
En la RAE:
borrina.
(Del lat. borra, borĕas, norte, con la t. de calina).
1. f. Ast. y León. Niebla densa y húmeda.


domingo, 22 de abril de 2012

lacre, escarda, guindastes de las dársenas

El muñón le ardía como si escurriese lacre, los músculos de los riñones, molidos, lo obligaban a inclinar el cuerpo hacia atrás en una postura de andas, y sentía latir el corazón en la punta de los dedos, como cuando niño,
lacre
m. Pasta sólida elaborada con laca y trementina coloreadas, que se emplea derretida para cerrar y sellar cartas y paquetes:
selló el sobre con lacre.
adj. y m. amer. Rojo o de este color.

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe
 
Alcánzame la escarda, mujer, que quien arroja a su padre a los perros no merece perdón.
escarda
f. Limpia de los sembrados:
harán la escarda por la mañana.
Época del año en que se quitan las malas hierbas y se preparan los terrenos para la siembra.
Azada pequeña con que se escarda o se limpia de hierbas la tierra.

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe
 
-¿Piensan que es francamente necesario disparar, que no basta con pillarlos por la espalda y listo? –preguntó el Juez de Instrucción saliendo de su vestíbulo hacia el temporal que se alejaba hacia el Tajo e iluminaba las manzanas de la Baixa, los guindastes de las dársenas y el arco de la Rua Augusta abierto a la plaza, mientras los palomos del Largo do Camóes, asustados por la tormenta, se ocultaban en las barbas de bronce de las estatuas.
Guindastes de las dársenas: las grúas de los muelles

sábado, 21 de abril de 2012

inficionar, anástrofe, Mati Klarwein, Felipe Hernández Vélez


Fue también un estío de lluvia que desesperó a mi padre perturbado por la anemia de las hortalizas, una época de tormentas que bramaron varias semanas por la parte de la Amadora, inficionando el aire con un olor de hongos y de heno, y excitando al loco que gastaba las noches con el violín y nos impedía dormir con sus mazurcas insensatas.



En la RAE:

inficionar.

(De infición).

1. tr. p. us. infectar. U. t. c. prnl.

infectar.

(Del lat. infectāre).

1. tr. Dicho de algunos microorganismos patógenos, como los virus o las bacterias: Invadir un ser vivo y multiplicarse en él.

2. tr. Corromper con malas doctrinas o malos ejemplos. U. t. c. prnl.

3. prnl. Dicho de un ser vivo: Resultar invadido por microorganismos patógenos.





anástrofe.

(Del lat. anastrŏphe, y este del gr. ἀναστροφή).

1. f. Gram. Inversión en el orden de las palabras de una oración.

viernes, 20 de abril de 2012

enjambrar, moscarda, pomar

Mi madre, pensó el Ilustrísimo observando, espantado, la mancha de tinta de la camisa y cavilando si se iría con jabón y agua caliente, encontró a la perra, ya muerta, enjambrada de moscardas, en el pomar, con el vientre desgarrado por el espigón de alambre de una trampa para los mirlos, y mi padre instalado a su vera con el hocico de la mastina en su pecho, balanceando una copa de orujo al ritmo del violín de la vivienda deshecha, que desafinaba sólo para él un arrobamiento dramático de tangos.

En la RAE:
enjambrar.
(Del lat. examināre).
1. tr. Coger las abejas que andan esparcidas, o los enjambres que están fuera de las colmenas, para encerrarlos en ellas.
2. tr. Sacar un enjambre de una colmena cuando está demasiado poblada de abejas.
3. intr. Dicho de una colmena: Criar tanto ganado que esté en disposición de separarse alguna porción de abejas con su reina y salirse de ella.
4. intr. Multiplicar o producir en abundancia.
 
moscarda.
(De mosca y -arda).
1. f. Especie de mosca de unos ocho milímetros de largo, de color ceniciento, con una mancha dorada en la parte anterior de la cabeza, ojos encarnados, rayas negras en el tórax, y cuadros parduscos en el abdomen. Se alimenta de carne muerta, sobre la cual deposita la hembra las larvas ya nacidas.
2. f. cresa ( conjunto de huevos que pone la reina de las abejas).
 
pomar.
(De poma).
1. m. Sitio, lugar o huerta donde hay árboles frutales, especialmente manzanos.

jueves, 19 de abril de 2012

algalia, briqueta, azafate, chinela

Yo que nunca los acompañé al Algarve por no poder dejar mucho tiempo el negocio de la Casa de Reposo según le explica qué al Banquero para evitar que la cocinera me robe el arroz y las patatas y las muchachas se olviden de lavar a los internados, de ponerles el casete de los dibujos animados en el video o de cambiar las algalias de los enfermos.
En la RAE:
algalia1.
(Del ár. hisp. alḡál[i]ya, y este del ár. clás. ḡāliyah).
1. f. Sustancia untuosa, de consistencia de miel, blanca, que luego pardea, de olor fuerte y sabor acre. Se saca de la bolsa que cerca del ano tiene el gato de algalia y se emplea en perfumería.
2. f. abelmosco.
3. m. desus. gato de algalia.
 
algalia2.
(Del gr. ἐργαλεῖα, n. pl. de ἐργαλεῖον, instrumento de trabajo).
1. f. Med. Especie de tienta algo encorvada, hueca, abierta por una punta y agujereada por uno o por dos lados del otro extremo, y la cual se usa para las operaciones de la vejiga, para la dilatación de la uretra, y especialmente para dar curso y salida a la orina.
 
se negaba a abandonar las sábanas de la cama de campaña en la que dormía, el fogón de briquetas que no funcionaba hacía mucho tiempo, la cisterna averiada, la despensa pillada por los ratones, los sofás destripados, los azafates del techo que se resquebrajaban
En la RAE:
briqueta.
(Del fr. briquette, y este del neerl. medio brick).
1. f. Conglomerado de carbón u otra materia en forma de ladrillo.
 
azafate.
(Del ár. hisp. *assafáṭ, y este del ár. clás. safaṭ, canastillo).
1. m. Canastillo, bandeja o fuente con borde de poca altura, tejidos de mimbres o hechos de paja, oro, plata, latón, loza u otras materias.
2. m. Col. Jofaina de madera.
 
en el instante en que, deseando que el Hombre se levantase y despidiese y casi gritándole que me sacase las cigüeñas de casa, oí a las muchachas mandar a los pensionistas que se acostasen y el roce de pantuflas y chinelas en la alfombra

En la RAE:
chinela.
(Del ant. chanela, y este de etim. disc.; cf. it. pianella).
1. f. Calzado a modo de zapato, sin talón, de suela ligera, y que por lo común solo se usa dentro de casa.
2. f. Especie de chapín que usaban las mujeres sobre el calzado en tiempo de lodos.

miércoles, 18 de abril de 2012

Asinaria, "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit

En cartas al director del Diario Palentino del día 16 de Abril de 2012

Ya nos avisó Tito Macio Plauto en Asinaria de que el hombre es un lobo para el hombre, y muchos autores como Thomas Hobbes, a lo largo de los siglos, se han encargado de reiterarlo…
 
Asinaria
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Asinaria (Comedia de los asnos) es una obra cómica escrita por el comediógrafo latino Tito Maccio Plauto (254 a. C. - 184 a. C.), que se ha convertido en una de las grandes obras de la Literatura universal antigua y de la comedia romana. Esta obra contiene la frase "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit."(Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro).
Sinopsis
El suceso se desenvuelve en Atenas, cerca de las casa del anciano Deméneto y de la alcahueta Cleéreta. El viejo Deméneto, que vive sumiso a la voluntad de su acaudalada mujer, pretende ayudar económicamente a su hijo Argiripo que, enamorado de la joven Filenia, hija de Cleéreta, desea recibir sus favores; Deméneto tiene el propósito de gozar él también de la moza. Con el favor del esclavo Leónidas se apodera de lo producido en la venta de unos asnos. El joven libertino Diábolo, desengañado porque Filenia no le hace caso, denuncia el complot a Artemona, la rica esposa de Deméneto y madre de Argiripo, que los que sorprende en un banquete en casa de la alcahueta.
 
Homo homini lupus
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Homo homini lupus es una locución latina de uso actual que significa "el hombre es un lobo para el hombre". Es originaria del comediógrafo latino Tito Macio Plauto (254 a. C. - 184 a. C.) en su obra Asinaria, donde el texto exacto dice:
"Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit."
(Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro)
Fue popularizada por Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII, en su obra Leviatán, que dice que el egoísmo es básico en el comportamiento humano, aunque la sociedad intenta corregir tal comportamiento favoreciendo la convivencia. A menudo se señala equivocadamente a este filósofo como autor de la cita.
Se cita con frecuencia cuando se hace referencia a los horrores de los que es capaz la humanidad para consigo misma.
Gramaticalmente, está formada con el nominativo y dativo de homo, -inis (hombre), y el nominativo de lupus-i (lobo).
Como contrapunto a la frase de Plauto, Séneca escribió que "el hombre es algo sagrado para el hombre".[1]
 

martes, 17 de abril de 2012

Simónides de Ceos

Simónides de Ceos
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Simónides de Ceos (Yulis, en la isla jónica de Ceos, actual Kea, circa 556 a. C. - Siracusa, circa 468 a. C.), poeta lírico griego, creador de la mnemotecnia.
Aunque jonio, fue llamado a Atenas hacia el año 526 a. C. por la corte del tirano Hiparco; luego marchó a Tesalia con su sobrino, el también poeta y discípulo suyo Baquílides. Allí se relacionó con la aristocracia gobernante, los escopadas y los alendas. Después viajó a Cranón y Farsalia. Vuelto a Atenas cantó las hazañas de los griegos en la batalla de Maratón, con lo que se hizo muy popular. Terminó su vida en la corte del tirano de Siracusa Hierón I. Escribió para diversos mecenas en gran variedad de metros y géneros: epigramas (principalmente epicedios como el de los trescientos espartanos de Leónidas I, e inscripciones votivas), elegías patrióticas y morales, peanes, hiporquemas, y obras de lírica coral, como himnos, odas, epinicios, trenos y ditirambos, pero solamente una pequeña parte de su obra ha sobrevivido.
Sí se han conservado bastantes anécdotas sobre su tacañería así como la noticia, transmitida por Cicerón en su De oratore, de que fue uno de los fundadores de la mnemotecnia, en concreto de la técnica o sistema de la localización que permitía a un orador recordar larguísimos discursos compuestos previamente por un logógrafo, técnica que expone Quintiliano, en su famosa Institutio oratoria, y que consistía en visualizar o situar mentalmente en los distintos lugares de un templo conocido por el expositor las distintas partes del discurso trazando un itinerario según el orden requerido. Al parecer, en el año 500 a. C. estaba en un banquete cuando se ausentó brevemente, salvándose así de morir aplastado por el derrumbe del techo; y fue el único en poder reconocer los destrozados cuerpos de dichos comensales al recordar los lugares donde estaban sentados. También se suele recordar bastante en poética su afirmación de que «la poesía es pintura que habla y la pintura poesía muda», lo que se considera origen del tópico horaciano de ut pictura poesis. También es el autor de una famosa definición de justicia, según la cual esta es "la obligación de dar a cada uno lo que se le debe".

domingo, 15 de abril de 2012

pebete, acrimonia

La espiritista se dio prisa en meter los billetes en un cerdito y regresamos al Bairro das Colónias en tranvía con mi madre pidiendo protección con oraciones a Santa Filomena y un collar de ajos alrededor del cuello para ahuyentar los humores malignos de los finados, que poseen por lo menos el buen gusto suficiente como para odiar los pebetes. En cuanto a mi tía, simpatizante de los Testigos de Jehová que trabajaba en una tienda de piernas y brazos artificiales de la Rua da Madalena, iba aumentando cotidianamente en acrimonia lo que perdía en carne, insultando a la ropa de la vecina de arriba que chorreaba gotas perversas en el tendedero y ocupando los fines de semana en tocar los timbres del barrio, blandiendo la Biblia, amenazando a los moradores soñolientos con las parrillas del infierno.

En la RAE:
pebete, ta.
(Del cat. pevet).
1. m. y f. coloq. Arg. y Par. p. us. niño ( persona que está en la niñez).
2. m. Pasta hecha con polvos aromáticos, regularmente en forma de varilla, que encendida exhala un humo muy fragante.
3. m. Cañutillo formado de una masa de pólvora y otros ingredientes, que sirve para encender los artificios de fuego.
4. m. coloq. Cosa que tiene mal olor.
5. m. Arg. y Ur. Pan de forma ovalada que se amasa con harina de trigo candeal, de miga esponjosa, corteza fina y tostada.
 
acrimonia.
(Del lat. acrimonĭa).
1. f. Aspereza de las cosas, especialmente al gusto o al olfato.
2. f. Agudeza del dolor.
3. f. Aspereza o desabrimiento en el carácter o en el trato.

sábado, 14 de abril de 2012

borborigmo, astil, badajear

Y sin embargo no era sólo la huerta, no eran sólo los gallineros, no era sólo el pomar: hasta el cielo parecía descascararse como el papel pintado de los hotelitos suburbanos, oscurecido por la humedad y por la cola, y en cuyo interior los tubos suspiran a espasmos borborigmos metálicos. Los periquitos enfermaban de peste y amanecían rígidos, difuntos, con la lengua tiesa, en la jaula, las flores olían a capilla ardiente, a vestiduras negras, a goteos de cera, a rezos, como corolas de cajón que proliferasen en los arriates, la pintura de la fachada se inflamaba con un mal de piel sin remedio, los astiles de los canalones se oxidaban, el reloj de la iglesias, desorientado y sordo, badajaba horas sin nexo.
En la RAE:
borborigmo.
(Del gr. βορβορυγμός).
1. m. Ruido de tripas producido por el movimiento de los gases en la cavidad intestinal. U. m. en pl.
 
 
astil.
(Del lat. hastīle).
1. m. Mango, ordinariamente de madera, que tienen las hachas, azadas, picos y otros instrumentos semejantes.
2. m. Palillo o varilla de la saeta.
3. m. Barra horizontal, de cuyos extremos penden los platillos de la balanza.
4. m. Vara de hierro por donde corre el pilón de la romana.
5. m. En las aves, eje córneo que continúa el cañón y del cual salen las barbas de la pluma.
6. m. ant. Pie para sostener algo.
 
badajear.
(De badajo).
1. intr. coloq. Hablar mucho y neciamente.

viernes, 13 de abril de 2012

cristofita, escarpa, escala de Glasgow

Yo me esmeraba en los tocadores, acortaba las faltadas, alargaba los tacones, ampliaba los escotes, desnudaba las clavículas a pesar de la falta de vigor de los músculos y de la piel, adornaba el pecho con collares mexicanos que hacían sonar cascabeles, y cocinaba, con el delantal sobre los satenes de las blusas de fiesta, las tortillas de queso, engalanadas con hortalizas, como de costumbre, que el banquero, con cubiertos de cristofita en mano y las órbitas hundidas en las escarpas de mi pecho, dejaba a medias, palpándome los riñones con sus deditos de ave y señalando el cuarto con el mentón imperativo, Vamos allí dentro, Berta, que no aguanto más.

En mineralesespaña.blogspot.com
Cristofita
(Zn,Fe)S

Sinónimo de
Marmatita

Variedad de
Esfalerita
 
escarpa.
(Del it. scarpa).
1. f. Declive áspero del terreno.
2. f. Mil. Plano inclinado que forma la muralla del cuerpo principal de una plaza, desde el cordón hasta el foso y contraescarpa.
3. f. Mil. Plano, también inclinado opuestamente, que forma el muro que sostiene las tierras del camino cubierto.
 
Escala de Glasgow - exploración neurológica - traumatismo cráneo encefálico (TCE)
La escala de coma de Glasgow es una escala de valoración que se suele usar en soporte vital básico y que siguiendo un procedimiento trata de medir el nivel de conciencia de una persona cuando se presupone que ha sufrido un traumatismo cráneo-encefálico (TCE). Esta escala de conciencia examina la capacidad neurológica del momento y su perfil evolutivo.
Los parámetros que evalúa la escala de Glasglow son las respuestas a la apertura de ojos, la respuesta verbal y la respuesta motora y según cómo responda el paciente con traumatismo le otorgaremos una puntuación a cada una de estas respuestas y sumándolas todas obtendremos el grado de gravedad según la escala de Glasgow.

jueves, 12 de abril de 2012

cáfila, agapanto, arriate, nabiza

Se le ocurrió que tal vez habrían emigrado hacia el bosque al final de la Avenida Gräo Vasco, para criar a los hijos en las tejas del colegio abandonado, sin portón, donde un tonelero de delantal martillaba en medio de un desorden de basura, doblado ante unas chapas abolladas con un aprendiz que sujetaba el soplete, o más lejos aún, en la Amadora, donde caserones dispersos, habitados por cáfilas de gitanos, abrían los balcones y las ventanas en pedazos hacia calles que los ignoraban.
 
En la RAE:
cáfila.
(Del ár. qāfilah).
1. f. coloq. Conjunto o multitud de gentes, animales o cosas, especialmente las que están en movimiento y van unas tras otras.

La rueda del molino había desistido de girar en busca del viento, las higueras, sin luz, exhibían los cartílagos de las raíces, los agapantos zumbaban de fiebre en la tierra de los arriates, los palomos, sin horizontes de olmos, perdían la noción del rumbo a las alturas de Monsanto, mi padre, acuclillado en la boca de riego, con una botella entre las rodillas, asistía, perplejo, al estertor de brote y nabizas.
 
En la RAE:
agapanto.
(Del lat. cient. Agapanthus, y este del gr. ἀγάπη, amor, y ἄνθος, flor).
1. m. Am. Planta ornamental originaria de Sudáfrica, perteneciente a la familia de las Liliáceas, de hasta un metro de altura y flores azules o blancas.
 
arriate.
(Del ár. hisp. arriyáḍ, y este del ár. clás. riyāḍ, pl. de rawḍ, huerto).
1. m. Era estrecha y dispuesta para tener plantas de adorno junto a las paredes de los jardines y patios.
2. m. Calzada, camino o paso.
3. m. encañado ( enrejado de cañas).
 
nabiza.
1. f. Hoja tierna del nabo, cuando empieza a crecer. U. m. en pl. Caldo, ensalada de nabizas.
2. f. Raicillas tiernas de la naba.

miércoles, 11 de abril de 2012

anuencia

Si se me permite una opinión personal, señor doctor, considero su anuencia como un acto profundamente patriótico –aprobó el caballero, aliviado, ofreciéndole un puro al Ilustrísimo-.

En la RAE:
anuencia.
(Del lat. annŭens, -entis, anuente).
1. f. consentimiento ( acción y efecto de consentir).
 
consentimiento.
1. m. Acción y efecto de consentir.
2. m. Der. Manifestación de voluntad, expresa o tácita, por la cual un sujeto se vincula jurídicamente.
3. m. Der. En los contratos, conformidad que sobre su contenido expresan las partes.
~ informado.
1. m. Der. consentimiento que ha de prestar el enfermo o, de resultarle imposible, sus allegados, antes de iniciarse un tratamiento médico o quirúrgico, tras la información que debe transmitirle el médico de las razones y riesgos de dicho tratamiento.
por ~.
1. loc. adv. Med. Por la correspondencia y conexión que en el cuerpo humano tienen unas partes con otras.