jueves, 31 de mayo de 2012

¿y después?

Un hermano que aparece, aunque nunca estuvo desaparecido ni fue lo que pintaron, un perdido.
Un macarra, con sus condecoraciones de oro, pulseras y collares. Su coche rojo con el águila atrás. Un tipo que pide consejos al mecánico mientras no tenga curre que le permita comprar otro coche. Un motero de buen corazón, algo corto. Un tipo que cambia el aceite de la moto a duras penas.
Un jubilado alimenta y ordeña a tres cabras. La santísima trinidad embotellada. Las chivas comen de todo y dan leche de la buena, con sabor.
Una dirección, una junta directiva, lo que sea, un cargo cualquiera cae y otra ocupa su lugar. Perfidia, soberbia, ignorancia, atrevimiento y otros cuantos defectos visten a los recién llegados. El ser humano es inagotable.
En Cool memories  Baudrillard escribe: "En el cenit de una orgía, un hombre susurra al oído de una mujer: ¿Qué vas a hacer después de la orgía?"

martes, 29 de mayo de 2012

solitarios


-          Ya ve usted. Tengo cerca de cuarenta y siete años y la nieve que empieza a cubrirme la cabeza me penetra un poco en el cuerpo y hasta en el alma… Sí, sí. De día se me toma aún por un hombre joven; pero por la noche, cuando estoy solo, mis resortes de energía flaquean… Sólo sirvo ya para hacer solitarios, y la mayoría de los que me salen es porque hago trampas.
                          “Pan”, Knut Hamsun

lunes, 28 de mayo de 2012

domingo, 27 de mayo de 2012

cómics, por ejemplo

Respirar arte o construirse la sensación de que se respira eso precisamente porque escucho a otros que hablan y venden su obra. Son comerciales y hay tantos como personas diferentes. La creación es solitaria pero no todo el proceso termina ahí. También hay que salir, charlar, venderse, insistir, viajar, huir, volver.
Durante el fin de semana he olido. Me he cruzado con cinco monjas a ritmo de cowboy. Una de ellas llevaba una guitarra enorme con la funda negra llena de chapas a modo de pústulas. Cinco monjas de blanco bajo un sol de verano, sin sombras alrededor. En la terraza, unos metros más allá, tomaban un vino alegremente jóvenes y familias. En el monte más de lo mismo. Allí las conversaciones no tienen nada que ver con el arte, ni con el retrato de Dorian Gray ni con Brian the Brian. Son ejemplos, uno de tantos, a tantos de tantos de dos mil... Tantos como personas.

viernes, 25 de mayo de 2012

mama

Brian the Brian somos todos, unos más que otros. Nuestra mente a flor de piel consigue migajas y el esfuerzo se paga caro. Mamá… mamá… un tr-i-s-te… sue-ño… tu-ve… a-y-e-r… te… vi… en-ve-je-c-e-r…

jueves, 24 de mayo de 2012

obstinación


La obstinación es un nervio que enhebra cada una de sus sinapsis. Ha llegado con los años a una expresión tan depurada y exquisita, han sido tantos los logros adaptativos derivados de ella… En ocasiones acierto a vislumbrar la agitación de sus cromosomas, la respiración pautada en lo más profundo de las células hidrópicas de estas gentes, cómo se debaten en una misma sed y se emplean en la manufactura de cadenas proteicas alternativas para satisfacer convenientemente la demanda de especie.
                Pg. 75 “Alimento para moscas” Jon Obeso


http://www.noticiasdenavarra.com/2012/03/14/ocio-y-cultura/cultura/escribir-es-la-forma-mas-digna-y-eficaz-que-he-encontrado-para-desaparecer

¿Qué es la literatura para Jon Obeso?
El filtro a través del cual conozco y vivo las cosas. Es una frase hecha pero real, es mi filosofía de vida; puedo pasarme días sin escribir, pero luego me doy cuenta de que todo lo que he hecho mientras no escribía era para estar afinado para luego escribir. Y sobre todo, no he encontado todavía una forma más digna ni más eficaz para desaparecer. Por eso escribo, para desaparecer.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Antagonía

Las detonaciones, retornadas por los ecos del valle, formaban un largo trueno, y sobre las colinas, entre aquel humo que parecía emanar de los bosques, se divisaba el relampagueo de los cañonazos. Dos motos y unos cuantos camiones pardos avanzaban despacio por la carretera y, en el cruce, un grupo de soldados maniobraba con una pieza de artillería. También había un oficial montado en un caballo blanco galopando arriba y abajo con el sable desenvainado, caracoleando; un oficial montado en un caballo blanco.
 
                Inicio de “Antagonia”, de Luis Goytisolo
 
De la RAE:
antagonismo.
(Del gr. ἀνταγωνισμός).
1. m. Contrariedad, rivalidad, oposición sustancial o habitual, especialmente en doctrinas y opiniones.
~ biológico.
1. m. Interacción entre organismos o sustancias que causa la pérdida de actividad de uno de ellos, como la acción de los antibióticos frente a las bacterias.

martes, 22 de mayo de 2012

templos y cuevas

En todos estos hombres se inaugura a diario un templo, y ya se sabe; los templos no tienen miedo, tan solo los hombres que los profanan.
                Alimento para moscas, Jon Obeso
 
Fascinante la cueva de Chauvet. Fascinantes sus caballos, los animales en movimientos, las sombras, el espacio exterior, el documental de Herzog.

lunes, 21 de mayo de 2012

sacudirse el salmón

Ojeando un libro de segunda mano me leyeron algo de sacudirse el polvo. Partir, no para viajar sino para eso, para sacudirse el polvo. Esa frase era parte del prólogo mínimo con que se presentaba el libro, un clásico de serie B. Uno más.
Color salmón. Amigos como salmones. Vida de salmón. Salmón al Papillón, un plato como otro cualquiera que me recuerda a los años 90. El mantel del restaurante también era salmón. Y el interior del ataúd. Sí.
He comprado dos birrias de libros por un euro cada uno. Elvira Lindo “Lo que me queda por vivir” y otro de David Safier “Maldito Karma”. Son caros si nos atenemos al contenido. Dicen que con el de Safier te ríes. También dicen que Sofia Coppola ganó en Venecia con “Somewhere”. El presidente era Tarantino, ex de Sofia.

domingo, 20 de mayo de 2012

Johnny Guitar


Johnny: ¿A cuántos hombres has olvidado?

Vienna: A tantos como mujeres tú recuerdas

Johnny: ¡No te vayas!

Vienna: No me he movido.

Johnny: Dime algo agradable.

Vienna: Claro, ¿Qué quieres que te diga?

Johnny: Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.

Vienna: Te he esperado todos estos años.

Johnny: Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.

Vienna: Habría muerto si tú no hubieses vuelto.

Johnny: Dime que aún me quieres como yo te quiero.

Vienna: Aún te quiero como tú me quieres.

Johnny: Gracias (bebe). Muchas gracias.

“Johnny Guitar” Nicholas Ray


Vienna: Sólo hay dos cosas en el mundo que necesite un hombre de verdad: una taza de café y un buen cigarrillo. Aquí abajo vendo whisky y cartas. Todo lo que podéis comprar aquí arriba es una bala en la cabeza. ¿Qué preferís?

                “Johnny Guitar” Nicholas Ray




Johnny: Nunca le doy la mano a un pistolero zurdo
             “Johnny Guitar” Nicholas Ray

jueves, 17 de mayo de 2012

Música, carta, deuda

La música es la respiración de la inteligencia –dijo- . La mayor parte de las cosas están hechas de ruido, y encontrar un instante de armonía es un milagro.

               Pg. 192 La deuda, Felipe Hernández
 
Tomo nota, el efecto Hofmannsthal.
...
he perdido por completo la capacidad de pensar o hablar coherentemente sobre ninguna cosa
Consulto la carta de lord Chandos
http://www.temakel.com/texolvclchandos.htm#A CARTA DE LORD CHANDOS

miércoles, 16 de mayo de 2012

ruidos de la realidad

Ansiaba tener tiempo por delante para tomar de nuevo el arco y expulsar de sí el continuo bordoneo de las notas graves de la melodía en su cabeza. Porque la ausencia de música no engendraba silencio, sino una música más oscura, distorsionada por sus sentidos y los ruidos de la realidad.
 
               Pg.152 La deuda, Felipe Hernández
 
Y la muerte otra vez tocando alto sus campanas. Y las obras y la clemencia de un tiempo sin anticiclones.

martes, 15 de mayo de 2012

un hombre inteligente

-No se confunda – cortó con firmeza Godoy-. Piense con la cabeza. La vida de la inteligencia es austera. Un hombre inteligente no necesita placeres ni viajes ni bienes, porque todo lo tiene en la cabeza. Dese cuenta, todas las posibilidades humanas caben en un simple alfabeto o en una partitura musical. Una mente lúcida no necesita perderse en el caos de la realidad, porque es precisamente esa mente la que amuebla e infunde vida a una realidad que, de hecho, no existiría sin su aliento. Rodearse de materia, desplazarse sin dirección o cegarse cn una infinidad de imágenes sólo conduce a incapacitar nuestras cabezas y a convertirnos en objetos inertes. Le diré algo: me temo que las máquinas, los automóviles y las agencias de viaje se han creado únicamente para suplir las deficiencias de gentes sin alma e intelectualmente tullidas. Y tengo la certeza de que un hombre que necesite habitar una mansión o poseer bienes suntuarios ha de tener por fuerza alguna tara. Yo no hago más que constatar esas simples conclusiones, y me limito a mover las piezas…

-          Observo que pronuncia esa palabra con reticencia. Pero la usuara es la vida misma, el movimiento de la vida. Es el mismo cuerpo el que crea un interés, o un residuo, si así lo requiere. ¿Acaso no se corta usted las uñas y el cabello? Pues esas uñas y ese cabello son el interés. Lo que usted llama usura.

Pgs. 139 y 140 de “La Deuda” de Felipe Hernández.
 
Oí como alguien avisaba en un entierro. Pude haber llenado la furgoneta de curas para decir la misa. Oí cómo se quejaba un tipo de que un alcalde pedáneo, a la sombra, había enviado un escrito de queja al jefe de su empresa. ¿Con qué motivos? Si él había hecho lo de siempre, como siempre y sin que nadie hubiera abierto la boca. Un caso parda novelar a la manera de Felipe Hernández.


domingo, 13 de mayo de 2012

cuando los ojos se transforman en párpados

Cómo salvarnos de las ausencias, de los que nos dejan, me preguntaba hasta que supe que siempre están con nosotros, que sus palabras siguen ahí y las nuestras para con ellos. Eso tal vez me tranquilice. Uno es el que es junto a sus muertos.
 
-Tal vez el hijo del señor mejore, hoy en día con las medicinas que hay los chavales se curan en un momento, mi padre estuvo un mes agonizando, imagínese
                un mes día tras día sin una sola palabra, sin mirarnos nunca porque morir es cuando los ojos se transforman en párpados, y la muchacha en medio de los abanicos, de los payasos, de las máscaras
-¿Qué, doña Silvina?
y nosotros una hora con él entre semana y dos los domingos y festivos, y siempre los mismos arriates menudos, los mismos pasillos de azulejos con escenas de caza del ciervo que los perros despedazaban, y a veces colocaban un biombo, alrededor de una cama, con un enfermo dentro, y al retirar el biombo el cuerpo había desaparecido y las sábanas ilusionadas esperaban a quien nunca habría esperado verse allí, mi recelo hacia los hospitales no es por las camas con gente sino por las camas que aguardan, las que parecen sepulturas abiertas que nos llaman y en las que los difuntos somos nosotros, cuando yo era una niña veía retirar los huesos de las tumbas hacia una carretilla, cogían las mandíbulas y las costillas, con piel y carne y dientes, y lo que sobraba era un rectángulo tan hondo que debía de acabar bajo las raíces de los árboles donde cuentan que hay sombras girando, y yo quería huir y no podía, los brazos me desobedecían, las piernas no andaban, la cabeza y el pecho…
                La muerte de Carlos Gardel, Lobo Antunes
 
-Qué triste debe de ser esta casa a las tres de la tarde porque era en los salones, en los pasillos y también en los desvanes, con pantuflas y escobas, donde llovía en invierno, no allí fuera y no lluvia tampoco, una sorpresa en las cosas compadeciéndose de nosotros, mi bisabuela y las señoras movían la boca sin palabras y sin embargo hablaban puesto que un brillo de saliva, un diente, una sonrisa delante del diente cuando una fotografía hasta entonces invisible surgía de la oscuridad o un espejo manchado por los misterios del tiempo duplicaba los retratos en un ángulo diferente que daba miedo porque no eran ellos siendo ellos, criaturas parecidas a los difuntos en los sueños dirigiéndose a los vivos desde lo alto de cuellos de camisa de celulide y plastrones con puntitos, se entendía
-Soy yo
                ¿Qué caballos son aquellos que hacen sombra en el mar?, Lobo Antunes

jueves, 10 de mayo de 2012

agitar un sonajero

Antes de la Avenida Gomes Pereira había una mujer que me daba de comer, un niño Jesús tallado al que le faltaban dedos, la misma mujer en una cama, personas de luto que me miraban en silencio, y después el viaje en tranvía, mi padre, que agitaba un sonajero, y los brazos de la criada que se se extendían para recibirme, como en las pesadillas en las que un monstruo nos ahoga. Entonces, y a medida que el taxi se alejaba, empecé a temblar y dejé de oír las uñas del perro en los azulejos de la cocina.
                La muerte de Carlos Gardel, Lobo Antunes

Todos tenemos cajones donde metemos a los que nos rodean, sus opiniones, reflexiones, conocimientos, ademanes y educación. Nuestra imagen sólo es nuestra, nada tiene que ver con la que ellos tienen de nosotros y guardan en sus cajones. El lenguaje ayuda a aclarar algunas cosas, pero no es suficiente. El lenguaje, además, se viste con más ambigüedades de las que creemos.

miércoles, 9 de mayo de 2012

perdona

-          Perdona
como si alguien pudiese perdonar a alguien, como si la vida no fuese la colección de acritudes y resentimientos que es, acabé bajando las escaleras mientras ahuyentaba hebras de niebla y volutas de vapor como ahuyenté las bosas de suero, los tubos de oxígeno y los tubos de goma cuando tu colchón y el otro colchón del lado derecho de la enfermería se deslizaron hacia mí, como ahuyenté a mi hermana y a la señora de la bata que caminaba conmigo a tu encuentro, vi un brazo con el líquido de un frasco que le entraba en la vena, y al acercarme escuché un llanto de niño y una voz soñolienta preguntar
-          ¿Qué pasa, Álvaro?
y yo, tropezando con tu colchón de hospital, tropezando con tu cuna, respondí, con la esperanza de que fueses tú quien preguntaba, respondí, intentando incorporarte, para llevarte conmigo, de la cama de la enfermería o de la concha de mimbre
(con una campanilla cuya música se desencadenaba tirando de un cordel)
En la que llorabas, con la ciudad color naranja inmóvil en las vidrieras como un ángel descuartizado en una cruz, respondí expulsando cedros del interior del sufrimiento, del interior de la muerte:
-          Nada, duerme, nada.
 
La muerte de Carlos Gardel, Lobo Antunes

imágen idealizada de nosotros mismos

Césped y arbustos cortados que brillaban a la luz, jardineros que conectan aspersores, gorriones, un sosiego de parquet, una fleche roja en el extreme de un mástil con la palabra Urgencias en mayúsculas metálicas, y de repente reparé en el hospital.
                La muerte de Carlos Gardel, Lobo Antunes
Hoy he leído en uno de los comentarios a un post de café Ocata:
En realidad miramos una imagen idealizada de nosotros mismos que para mantenerla pura ha de estar incontaminada de realidad.
Y luego he pensado en la derrota diaria, en la que nos desdice y desdibuja. En la realidad, con la que tan mal me he llevado siempre.

martes, 8 de mayo de 2012

caer. En el minuto 4:05 del video el árbitro pregunta ¿cómo estás? ¿puedes seguir?

Como caen los árboles yo caigo y cayendo caigo como las hojas y las sombras caen despacio y leves y los oigo llorar y hablar conmigo y no puedo responder mientras caigo porque si respondiese qué diría sino que me abato como se abatieron otrora mi padre mi madre mi marido de repente callados e inmóviles y así de blancos como la luz en esta casa tan blanca sobre los muebles blancos los espejos devuelven el silencio y sus lágrimas y mañana subirán conmigo allí arriba y sin más palabras que las del cura volverán mi rostro hacia el sol.

                “El orden natural de las cosas”, Lobo Antunes
Si con una sola mirada alcanzase a ver la mitad de lo que me muestran…

Corto y pego:

"Los jueces dijeron que perdí el combate, no puedo hacer nada más", señaló Cotto. "Quedo contento con mi pelea y mi actuación, al igual que mi familia. Qué más puedo pedir", dijo.

El combate tuvo lugar semanas antes de que Mayweather ingrese el 1 de junio en una prisión del condado para cumplir una sentencia de tres meses por violencia familiar.

El estadounidense libró un combate duro contra un rival que jamás dejó de ir al frente. Sin embargo fue más rápido y certero que Cotto, que pareció desgastado en los últimos asaltos.

En el episodio final, Mayweather asestó su mejor golpe de la noche, un gancho al mentón con la izquierda que al parecer lesionó al caribeño.

El estadounidense lanzó varias andanadas a la cabeza de Cotto para llevarse el triunfo. La decisión del ganador había permanecido en suspenso hasta los asaltos finales.

"Es un peleador duro", expresó Mayweather en referencia Cotto. "Vino a pelear, no sólo a sobrevivir. Tuve que penetrar y responderle", afirmó.

Cotto jamás fue derribado aunque pareció lastimado en varias ocasiones durante la pelea, en particular en el 12mo asalto.

Mayweather tuvo garantizada una bolsa de 32 millones de dólares. En las estadísticas de golpes, Mayweather acertó 179 de 687, en comparación con los 105 de 506 de Cotto.

El puertorriqueño quedó con foja de 37-3 y se llevó ocho millones de dólares, la mayor bolsa que ha ganado a la fecha.


Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/05/06/1196419/puertorriqueno-cotto-pierde-titulo.html#storylink=cpy

lunes, 7 de mayo de 2012

En la torre

Antes se hablaba mejor, el ritmo era más pausado y las historias que iban a suceder ya estaban escritas. Un amigo loco surgió desde la ventana del psiquiátrico llamándome por el nombre. Ese instante de la llamada feliz ocurrió como consecuencia de un aleteo de mariposa en las antípodas.  Fue algo inmenso, la apertura de un capullo, el primer vuelo del polluelo en el nido o algo así y el día no dio para más.
Dos libros rescatados, “Leyendas “ de Becquer en la edición de Anaya, procedente de la biblioteca C.P. Pablo Picasso, con la ficha donde aparecen los nombres de los lectores, jovencitos que iban a 6º, 7º y 8º en los años 1986, 1987 y 1989. Y “Guillermo y los mellizos”, de la biblioteca pública, con dos sellos de salida correspondiente a 1987. Dentro iban tres fotos de cachorros. Libros sin importancia.

domingo, 6 de mayo de 2012

entrar al escenario

Como no conseguía salir las amigas me visitaban después del almuerzo, ocupaban los sofás, traían sillas del pasillo y del comedor, y conversaban en un tono más agudo que el habitual, de súbito optimistas y alegres llenas de planes de futuro que me incluían, y yo las imaginaba respirando hondo en el rellano como actores a punto de entrar al escenario para una pequeña comedia de felicidad y esperanza que ninguna de nosotras poseía, ansiosas con su propio sufrimiento, con su propia vida, y, como en edad estaban muy cerca de mí, interrogándose sobre la forma que la muerte elegiría para arrastrarlas consigo, implorando Dios mío un cáncer no, como si Dios se tomase el trabajo de confeccionar agonías personales a la manera de laos sastres que confeccionan ropa a medida, en vez de barrernos con un gesto distraído como insectos incómodos.
                El orden natural de las cosas, Lobo Antunes
 
La otra generación del 27, los humoristas, cineastas, dibujantes y vividores en una España hambrienta, Tono, Mihura, Jardiel, Neville, las amistades, una filosofía de vida en común... Y la torre de los siete jorobados de Emilio Carriere adaptada al cine, en mitad de la nada los dobles, espejos, los sainetes, el terror, el buen humor y unirlo todo con un lazo encima para el día de la madre, dicen, porque uno no se entera de esas cosas.

sábado, 5 de mayo de 2012

the man comes around

Miraba las botellas de whisky desde la calle, al otro lado del escaparate. De repente la figura de su madre cortó la visión del plano. Ella sonrió, él se turbó mínimamente ante el genio salido de la lámpara. Entró en el supermercado, la esperó a que saliera y marcharon juntos. Antes la hizo una fotografía, en la misma puerta, mientras repasaba el ticket de la compra, un acto rutinario. El mundo giraba alrededor y el obturador de la memoria se llenó de tiempo.
Hace casi un año, por esas mismas fechas, encontró a un amigo a la salida de otro supermercado. El amigo observaba el cuadro de publicidad que exponían afuera mientras echaba un cigarro. Le preguntó por su padre y le contestó que iba tirando. Luego le acompañó adentro para continuar la charla mientras hacía la compra, liviana, con pimientos, yogures y una red de patatas. Los dos habían acudido con el coche, algo raro en él salvo cuando marchaba al pueblo, cosa que iba a hacer a continuación, tras su compra cargada de azúcares y entremeses.

Las dos figuras, paterna en la del amigo y materna en la de él, marcan su tiempo, un tiempo en el que el padre ya no está, salvo en la sombra y su madre, vive en cada sorbo de whisky, al otro lado del espejo de este escaparate llamado mundo.

viernes, 4 de mayo de 2012

vivir del pasado, ser como ellos

-          Tú eres el que habló de la lluvia, Artur
y la Cruz Quebrada era un otero hasta el Estadio y los sumideros que se prolongaban río adentro, avanzando entre inmundicias, y yo me niego a ser como ellos, Iolanda, y voy a ser como ellos, y un día me acerco al espejo y observo mi cara y vivo del pasado como de una jubilación y me tengo lástima, y mi tío que solicita la opinión de mi madre,
-          ¿Yo he hablado de la lluvia, Ausenda?
Y tú, chupando la punta del lápiz siempre con la vista en las coles,
-          ¿Conoces Benfica, Alfredo?
y mi madre, con las órbitas redondas hacia mi padre,
-          Está visto que no, Artur, son las distracciones de Teodoro, no te enfades…

“El orden natural de las cosas” Lobo Antunes
 
Vivir del pasado como de una jubilación… está todo dicho. Cansa tanto escucharles, a ellos, a los que viven del pasado… a los viejos… repelentes que ya no escuchan otras músicas ni leen a otros escritores ni tropiezan dos veces con las mismas teclas que ya pulsaron cuando no sabían lo que hacían. Vivir del pasado… y yo me niego a ser como ellos… y sin embargo me voy pareciendo.

jueves, 3 de mayo de 2012

última puerta, desmayo, petrel

Comprendí que una mañana cualquiera me ordenarían Vamos, y yo saldría de lo que llaman cuartel hacia lo que llaman Tavira, oyendo las olas sin ver las olas, oyendo a las gaviotas sin ver a las gaviotas, oyendo las voces de las personas sin prestarles atención, camino de las siluetas de los platos, que me esperaban en silencio en los paisajes de porcelana, como los difuntos nos aguardan por detrás de una última puerta que sólo demasiado tarde entendemos que es la última por cerrarse tras nosotros como la tapa de un ataúd.
                El orden natural de las cosas, Lobo Antunes
Comprendí que la muerte, más en donde estoy, es un elemento al que me habría de habituar. No tenía remedio ni alternativa. Pero no era suficiente. Debía hacerme con alguna receta para el sufrimiento y el dolor. No digo contra el sufrimiento y contra el dolor porque no la hay. No se trata de morir, despedirse o alejarse. El dolor, la pérdida, las maneras, el estilo, etc. Las recetas están en alguna parte, hacia oriente o hacia los clásicos más estoicos. Sí hay dolor, igual que llegará el verano, de la misma manera que llegaron las lluvias.
 
Tengo que inyectarme y respondía Yo qué sé, porque francamente no sabía, porque no había pensado en eso, porque el cuerpo se me había puesto flojo y desfallecía, porque por debajo del frío me sentía acalorada, porque los jacintos del aliento se me multiplicaban en la lengua, porque iba a morir, a morir con aquel viejo que participaba a mi tía su boda conmigo, porque me ausentaba en un desmayo, y yo me apoyaba en la cómoda mientras la sala se desenfocaba, yo veía a mi padre apagar el foco de la frente, abrir la décima, o centésima, o milésima, o millonésima botella de cerveza de esa noche, yo lo veía alzar el pico y preguntar, como quien se informa de una fortuna, o de una dote, o de una prenda ¿Usted sabe volar dentro de la tierra, amigo?
                El orden natural de las cosas, Lobo Antunes
 
Ausentarse, sin necesidad de abrir puertas ni cervezas.
 
En la RAE:
petrel.
(De or. inc.).
1. m. Ave palmípeda, muy voladora, del tamaño de una alondra, común en todos los mares, donde se la ve a enormes distancias de la tierra, nadando en las crestas de las olas, para coger los huevos de peces, moluscos y crustáceos, con que se alimenta. Es de plumaje pardo negruzco, con el arranque de la cola blanco, y vive en bandadas, que anidan entre las rocas de las costas desiertas.
 Petrel, petrel, petrel...

miércoles, 2 de mayo de 2012

lágrimas rojas

… y al llegar a Peniche tronaba, el cielo se hendía con heridas de relámpagos que recortaban la villa, que recortaban el mar, tomando las sombras fosforescentes antes de esconderse en sus pliegues de tinieblas, un barco, casi en la línea del horizonte, flotaba sobre nubes que supuraban lágrimas rojas, las casas se desmoronaban, los almacenes de los pescadores y las traineras ancladas se deslizaban hacia la plaza, el farallón, amputado, mostraba sus vísceras de pizarra, liberaba enjambres de aves aterradas, y a a la mañana siguiente el coronel Gomes se ahorcó en la celda, y cuando lo vi, antes de que lo cubriesen con el abrigo y un saco de arpillera, no me pareció verlo morado ni con la lengua fuera, sino con las pupilas apagadas en una expresión amable, de modo que pensé Se ha dormido, no se ha ahorcado ni nada, se ha dormido, a pesar del verdugón en el cuello y de los hombros crispados, pensé Se ha dormido, ha fingido que se ahorcaba para intentar engañarme, y entonces me acerqué a él, le puse el pulgar en la frente y estaba fría y con manchas color vino en la raíz del pelo, y las botas en el extremo de las piernas, Margarida, se me figuraron vacías como los zapatos de los mendigos.

                El orden natural de las cosas, Lobo Antunes
 
La han despedido de la noche a la mañana. Su madre, definitivamente, se muere. Es hija sola. Pienso, otros están peor que yo. Respiro. Salen burbujas a la superficie. Digo, hay que tomar cervezas cuando hay que tomar cervezas y tal vez un día haya que rezar o leer otro libro. Eso es vivir a tope. Hace cuatro días estaba en forma y ahora estoy yo más en forma que ella. Un día también me despedirán.

martes, 1 de mayo de 2012

Morse


… cuando me apeé del tranvía en los Restauradores, seguido por el empleado de la mercería, en busca de una farmacia de guardia en un bosque de sastrerías, de tabernas, de travesías de pensiones equívocas y de mujeres, con abrigo de piel, insinuando sus brillos de acrílico en las esquinas y comunicándose con nosotros por medio del morse de los cigarrillos. Entonces, como ahora, me faltaban las advertencias, los consejos y las prohibiciones de los muertos, me faltaba la palmera de Correios y la pastelería de las señoras rubias, me faltaba el crepúsculo de los árboles del bosque, me faltaban las buganvillas…

                El orden natural de las cosas, Lobo Antunes